El acogimiento familiar, como medida de protección a la infancia, es prioritaria frente a la medida de acogimiento residencial porque permite el desarrollo del menor de edad en el seno de una familia. No obstante, pese a los constantes esfuerzos en esta materia, no se ha conseguido aún hacer efectiva esa prioridad.
Especialmente, no se ha desarrollado en España un modelo del acogimiento familiar profesionalizado, posibilidad que se mencionaba desde 1996 en nuestro Código Civil (Real Decreto de 24 de julio de 1889).