Resumen
A un siglo de la publicación de la primera edición de Social Diagnosis por Mary E. Richmond, podemos reflexionar sobre los aspectos metodológicos y contextuales de esa magna obra de investigación, que caracteriza el trabajo social como disciplina y como profesión, sabiendo que ambas perspectivas están indisolublemente unidas. Se abren nuevas piezas de investigación y análisis para reforzar nuestra profesión y a la vez, además, para desmentir ciertos prejuicios que devalúan la esencia de nuestra disciplina.