Constatamos manifestaciones actuales del empoderamiento ciudadano y, a continuación, pasamos a hacer una revisión histórica de cómo ha ido evolucionando el concepto empoderamiento hasta llegar al momento actual. Este repaso histórico se detiene en tres etapas: la superación del asistencialismo, la toma de conciencia de los derechos individuales y colectivos y el empoderamiento al servicio de la transformación colectiva. Pero hay que diferenciar el concepto clásico de poder vinculado al sometimiento con el empoderamiento que nos permite otorgar poder a las personas. Aquí hay que reflexionar sobre qué papel ha tenido el feminismo en la definición y la estrategia del empoderamiento. Lo entendemos como un concepto eminentemente feminista. La teoría feminista defiende los derechos de las mujeres y la equidad de hombres y mujeres en todas las esferas de la vida. El empoderamiento ha sido, pues, central y, a la vez, ha retroalimentado el concepto. Ha sido un buen ejemplo de ello el derecho a voto de las mujeres. En los casos de los colectivos que han sufrido mayor vulneración de derechos ha sido especialmente importante y transformador este cambio de paradigma en la mirada y en la acción social. Asimismo es central el papel de la tecnología en el empoderamiento político actual. Hace falta, sin embargo, analizar las limitaciones del concepto de empoderamiento y los riesgos del espejismo del empoderamiento.