Un proyecto, un período o un momento como el de la crisis actual es siempre una oportunidad extraordinaria para que la organización transforme sus actuaciones en conocimiento y aprenda cómo hace las cosas.
Pero existe la posibilidad de aumentar la estabilidad de estos aprendizajes y de convertirlos en verdaderas lecciones aprendidas para la organización si se provoca un análisis consciente y colectivo de lo que ha sucedido, de las decisiones que se han tomado, de las actuaciones que se han llevado a cabo, los resultados que se han obtenido y de lo que la situación ha puesto de manifiesto y que, en otras circunstancias, más habituales y cotidianas, no es fácil de ver.
De las diferentes formas de aprendizaje organizacional, la metodología para la obtención de lecciones aprendidas es de las más sencillas y completas, ya que está pensada para ser instalada en el día a día de la vida de los equipos, integrando, en la cultura de la organización, el hábito de la mejora continua y la innovación.