Daniel Innerarity afirma que en una sociedad del conocimiento, como la nuestra, no es tan importante el conocimiento mismo como saber gestionar el desconocimiento. Es una paradoja interesante a partir de la cual el filósofo vasco sostiene la necesidad de aplicar criterios de racionalidad y prudencia en contextos de incertidumbre como aquellos en los que nos vemos obligados a actuar a partir de saberes escasos e imperfectos.
Saco esta idea a colación porque me parece una aportación interesante que habría que tener en cuenta en un contexto en que la proyección y la legitimación social de nuestra profesión pasa por la posibilidad de acumular mayores cuotas de conocimiento científico. Aunque hablamos de un desafío de alta complejidad que estamos obligados a afrontar, estaría bien aprovechar la oportunidad para abordarlo de la manera más amplia y positiva posible, generando debates a partir de los que la profesión exprese su heterogeneidad y, en cualquier caso, pueda salir reforzada.
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