Resumen
La sexualidad es una construcción social y esto, en parte, significa que existen muchas formas de manifestarla y de vivirla. Posiblemente tantas como personas.
Tradicionalmente, el trabajo social no ha mirado hacia la sexualidad como objeto de interés porque se ha considerado que se trataba de una dimensión que pertenecía al ámbito privado de las personas, y posiblemente también porque aún ahora nos resistimos a reconocer determinadas situaciones de desigualdad y malestar que están estrechamente vinculadas a la forma como socialmente tratamos este asunto.