Diagnóstico Social, el conocido libro de Mary Richmond, se publicó en 1917, cuando ella tenía cincuenta y seis años, y a menudo este hecho se reconoce como el inicio de la disciplina del trabajo social. No hacen falta análisis exhaustivos del contexto social e histórico de esos momentos para darse cuenta de la trascendencia de muchas de las coas que pasaban en el mundo cuando Richmond lideraba la Sociedad de Organización de la Caridad en su territorio. El mismo año, 1917, estallaba la Revolución Rusa, los Estados Unidos rompían relaciones diplomáticas con Alemania. En Barcelona se celebraban las asambleas de parlamentarios que empezaron a articular importantes movimientos de reforma de ámbito estatal. Hacía dos años que el doctor Abraham Flexner había pronunciada el famoso discurso titulado «¿El trabajo social es una profesión?», y solo faltaban doce años para la creación de la primera organización de trabajo social de ámbito internacional: la Asociación Internacional de Escuelas de Trabajo Social.